Senador del PNV
Javier Maqueda, Senador del PNV.
Señor Maqueda, yo no soy nacionalista, para mí ante todo está la persona. Vaya enchufando la cámara de gas, que voy de cabeza.
Divagaciones liberales y demás controversias....
Pues eso, que lo de la SER ya no tiene nombre. Más información en el post del blog de Anghara.
QUIERO SER MAMA
Si, voy a ser mamá
Voy a tener un bebé
para jugar con él
para explotarlo bien
Si, voy a ser mamá
voy a tener un bebé
lo vestiré de mujer
le incrustaré la nariz
Lo llamaré Lucifer
Le enseñaré a criticar
le enseñaré a vivir
de la prostitución
le enseñaré a matar
Si, voy a ser mamá.
Si, voy a ser mamá
no quiero abortar
rechazo la espiral
tiene derecho a vivir.
Lo llamaré Lucifer
le enseñaré a criticar
le enseñaré a vivir
de la prostitución
le enseñaré a matar
Si, voy a ser mamá
Hoy mismo, la extrema derecha vuelve a encontrarse en la izquierda: ¿quién está liquidando derechos fundamentales? ¿Quién ha abolido la igualdad de los ciudadanos ante la ley mediante la discriminación de género? ¿Quién ha extendido los derechos humanos al reino animal, en la mejor tradición hitleriana, una tradición de discurso ecologista en la cual un mono valía más que un judío o un gitano? ¿Quién ha equiparado la racionalidad política con los sentimientos de pertenencia a un colectivo, sean éstos experimentados por un vasco o por un ario germánico?
¿Alguien dudaba que la asignatura "Educación para la ciudadanía" no iba a ser un mecanismo de los socialistas para adoctrinar en la materia a los niños?. Pues parece ser que será algo así como:
Ahora el gobierno pretende adoctrinar a las nuevas generaciones diciéndoles que pagar impuestos es bueno. Para que no pensemos ya nos han dado hasta el nombre: "Generación T", de Tributaria, aunque parece más bien de Tonto. Una de las excusas va a ser la de siempre, que "en países más avanzados ya se practica". En esta ocasión, el país avanzado resulta ser Canadá. Esperemos que, en su título de país avanzado, no imponga un impuesto del 80% sobre la renta.
El objetivo del gobierno, en realidad, sólo es convertir al estado en un ídolo aniquilando la libertad individual y la diversidad de pensamiento. Si revisamos la historia, eso es precisamente lo que siempre han intentado los grandes tiranos.
"Primero el bien común, después el bien individual". Esta sentencia, que puede parecer pronunciada por un gran altruista, fue escrita por un político que llevó a Europa a uno de los peores momentos de su historia: Adolf Hitler. La oración parafraseada no significa que el altruismo sea maligno, sino que cuando la política introduce en su lenguaje y programa la solidaridad, ésta siempre nos lleva al colectivismo estatista.
Esta idolatría hacia el estado ha creado situaciones absurdas. En nombre de la solidaridad y bien común se subvencionan películas que nunca serán estrenadas, se dan ayudas a países donde gobiernan tiranos y, mientras tanto, la familia media española ha de hacer auténticas proezas para llegar a final de mes. Evidentemente algo falla aquí.
Si el Estado se dedica a adoctrinar a nuestros hijos para que pierdan su personalidad en favor de la explotación estatal las cosas no mejorarán sino que empeorarán. Los valores a los más pequeños han de ser introducidos por sus padres y no por técnicos del gobierno que sólo diseñan estrategias para el bienestar de ellos mismos y no de la comunidad. Evidentemente, lobotomizar a las generaciones más jóvenes inculcándoles que pagar impuestos es bueno es el caso más ejemplar.No necesitamos un futuro de personas mentalmente estériles con el único objetivo de servir al gobierno; sino personas que sepan que la única fuente de prosperidad, riqueza y libertad es el trabajo duro, la responsabilidad individual y la diversidad. Es indiscutible que cualquier política social del gobierno, como la creación artificial de la "Generación T", va en contra de estos valores y de la propia naturaleza del hombre libre.